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Orgullo scout

El día 25 de Julio de 2010, día de Santiago Apóstol y marca de que este año es Año Xacobeo, es una fecha que se quedará señalada en el calendario por mucho tiempo. Y no por historias religiosas, no. Señalada porque soy padrino de promesa scout.

La Promesa Scout es algo, a todas luces, bien sencillo. No es más que un compromiso personal. Un momento en el que te plantas delante de todo tu Grupo Scout, y les haces partícipes de tu compromiso.
Un compromiso en el que prometes, por tu Honor, y con la ayuda de tus hermanos scouts, hacer cuanto de ti dependa por cumplir fielmente la Ley Scout.

La Ley Scout es algo, también, muy simple. Es una ley no restrictiva, compuesta de 10 artículos:

  1. El Scout es digno de confianza.
  2. El Scout es leal.
  3. El Scout es útil y servicial.
  4. El Scout es amigo de todos y hermano de los demás scouts.
  5. El Scout es cortés y caballeroso.
  6. El Scout cuida la naturaleza.
  7. El Scout no deja nada a medias.
  8. El Scout canta y sonríe ante las dificultades.
  9. El Scout es austero.
  10. El Scout es sano.

Muchos de los que estéis leyendo esto, que no sois scouts, estaréis pensando en que todo eso entra dentro de vuestros valores de vida. Sí, es muy posible. Sólo somos un puñado de personas que intentamos dejar el mundo mejor de lo que lo encontramos. Y a veces, en nuestra sociedad, llevar esos 10 punto adelante se hace cuesta arriba…

El pasado domingo fui padrino de promesa. En el momento de la Promesa Scout, el orgullo más grande no lo tiene el que realiza su compromiso, sino su padrino: es el momento en el que una persona te está diciendo que confía casi incondicionalmente en ti.

Desde el domingo todo esto me desborda. Soy padrino de promesa de uno de mis mejores amigos, de una de las personas más capaces e inteligentes que conozco, y de alguien que tiene perfectamente clara su escala de valores. Y, a ratos, no puedo evitar pensar que no estoy a la altura.


Es tradicional, al hacer la imposición de la pañoleta, regalarle algo a tu ahijado. Yo he decidido regalarle mi pañoleta. La que he llevado al cuello durante 3 años, y con la que renové mi promesa con el Hispalis 136, del que somos miembros ahora mismo.
Esa pañoleta ha vivido infinidad de cosas. Ha viajado a un montón de sitios. Ha estado en muchos momentos importantes. Estuvo allí, a un lado del bordón, cuando hicimos las renovaciones de promesa en la Ceremonia del Amanecer, en el Centenario del Movimiento Scout. Ha estado en festivales, en encuentros…

Hoy estoy orgulloso de que sea otro el que la lleve. Porque sé que comparte mi sentimiento al llevarla. Porque sé que le da valor. Y porque sé, también, que ese pequeño símbolo le ha hecho automáticamente un hueco en el corazón de los que de verdad importan: los chavales.

Queda mucho camino por delante. Y esto es sólo el principio.

Buena caza, y largas lunas.



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