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Otra prueba de fuego

Mañana, por fin, doy el curso.

Primeros pasos con GNU/Linux

Por ahora tengo idea de todo lo que voy a dar, pero sólo tengo preparado el primer día. Y creo que hasta mañana después del curso no voy a preparar el resto. No sé muy bien por qué, pero a la vez lo tengo claro.

Ésta es mi prueba de fuego. La última. Y la definitiva.
Ser un bióxido me ha aportado algunas cosas buenas. Me ha enseñado a conocerme. Ha abierto mi mente. Y me ha dado otro punto de vista acerca de mi vida, de mi entorno, de mis emociones… y de todo lo que puedo llegar a alcanzar.
No puedo decir que me haya dado nada demasiado negativo, pero me ha dejado un recuerdo para toda la vida. Y ése… no me lo puedo saltar.

Tenía tres ilusiones en la vida que antes compatibilizaba siempre que podía. La primera, la música. La segunda, los ordenadores. Y la tercera, enseñar.

Hoy, la primera se ha visto reducida. Sigo con mi música, pero no puedo acercarme a un amplificador. Ni a un sintetizador. Así que mi guitarra clásica sigue siendo la compañera de mis pequeños ratos de soledad, y en un futuro espero que también pueda acompañarme un piano.

La segunda, truncada. Siempre me ha gustado cacharrear. Y ahora estoy atado al principio de la Jaula de Faraday.
Sigo con la programación. Y cada día me gusta más. Y más. Ahí la memoria falló. Se hizo difícil volver a arrancar. Pero lo hizo. No me puedo quejar.

La tercera es la que ahora me queda. La enseñanza. Enseñar.
Dar clase siempre me ha gustado. Pero antes, siempre me ha gustado estudiar. Para llenarme de conocimientos, anécdotas, historias… Todo un mundo para poder después compartir y disfrutar. La gente siempre ha pensado que era un freak en ese aspecto. Pero estoy a gusto así. Me gusta. Y después de pensarlo mucho, es lo que quiero hacer. A lo que me quiero dedicar en un futuro. Docencia, y programar. Investigación. Puede ser un buen futuro.

Ahora me encuentro en el momento de probar. De probarme. De ver si soy capaz de ponerme delante de ellos. De que no me lleven los nervios. Y ser capaz de transmitir. De dejarme llevar. De disfrutar con ellos. De eliminar las barreras de profesor y alumno, y convertirnos todos en parte de una clase que lo único que busca es compartir el conocimiento.
Supongo que por eso me gusta también el Software Libre (o el Código Abierto :P).

En realidad, no es cuestión de probarle nada a nadie. Es probarme a mí mismo que soy capaz de dar ese pequeño gran paso que me puede hacer recuperar en parte la confianza en mí mismo y un poco en mis capacidades.

Ésto de perderlo todo y tener que volver a recuperarlo a veces es divertido. Pero no es tan fácil como creía.
Ahí es donde vuelvo al GambaTe de Arancha. Hazlo, o no lo hagas. Pero no lo intentes.

Vamos a hacerlo ;o)



3 respuestas a «Otra prueba de fuego»

  1. ¡Qué bonita entrada! Te entiendo a la perfección. Espero que esta aventura te sea grata, sobre cómo lo harás, estoy segura: GENIAL!!! 😀

    Las personas que lo pierden todo alguna vez se reconocen entre sí y conectan… de algún modo…

  2. 🙂

    Ha salido bien. Nervioso, pero bien 😀

    Mañana taller. Ya estoy más relajado.

  3. Malegro. Estaba segura de que así sería

    Besote de recompensa 😉

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