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Por un mundo cubierto de pluma

La noticia de la semana pasada, que de forma natural habría sido pasada por alto casi seguramente, se ha convertido en noticia de portada por una pequeña polémica. Aunque el trasfondo no es más que una pelea entre asociaciones, y el mosqueo propio de que le hagan caso a una asociación que acaba de llegar y tiene el 20% de representación que tiene la tuya, hay que decir que no se quejan sin razón. Y es que desde Colegas han reaccionado a la noticia de que Sevilla este año tendrá una cabalgata como la de Madrid para el Día del Orgullo.

En Dos Manzanas dan un pequeño resumen en una frase:“no todos los homosexuales se identifican con unos gays en tangas en una carroza”. ¡Ay, que me la han cambiado! ¡Esta no es la Colega que yo conozco! Y resulta que en la noticia que publica El Mundo tienen otras dos grandes perlas:

«esta imagen estereotipada hace mucho daño a la normalización social de miles de gays que viven su sexualidad de forma cotidiana sin hacer de ella el núcleo de su existencia».

«menos cabalgatas sufragadas por la Administración y más proyectos sociales».

¡Me los han cambiao! ¡Estos no son los chicos que yo conocía!

Le doy un gran aplauso a Colegas (y a cada Colega provincial) por la labor que están intentando realizar (decir que la están realizando es harina de otro costal –no depende de ellos, como bien se demuestra día a día en Sevilla–). Por haber cambiado el chip de hace unos años y haber abandonado las reivindicaciones de salón, para pasar a la acción.

En realidad me había puesto a escribir con la intención de hablar de la cabalgata, pero se merecen una mención especial por su labor.

No olvidemos el otro tema que nos ocupaba. Sevilla tendrá su cabalgata gay. ¿Estamos locos? Sinceramente, creo que hemos perdido el norte. Y no lo digo por decir. Cualquiera ahora mismo tiene que estar pensando ‘qué exagerado, total, no es para tanto, sólo es una cabalgata’. No. No es sólo una cabalgata. Vamos a imaginar. Creemos un escenario, y veamos qué pasa con los personajes.

Situación: una casa normal, medio tradicional. Un padre, una madre, un hijo y una hija adolescentes (por ejemplo). Día normal en la casa. Sus padres, heterosexuales, que es lo normal para los que son padres con hijos adolescentes en estos tiempos. Nunca han tenido relación con la homosexualidad. Todo lo que conocen de ella, como mucha otra gente, es lo que ven y oyen en la televisión. Es decir, su imagen del mundo gay son Jesús Vázquez, Jorge Javier, Alaska, Almodóvar, Boris, la gala de drag queens de Gran Canaria, la cabalgata del día del orgullo y los de Operación Triunfo. Vaya imagen… de miedo, vaya. Imaginemos la escena.

– Papá, soy gay.

Si el señor es de reacción rápida y le ha dado tiempo a pensar y ha recompuesto todas las imágenes en su cabeza, puede optar por el guantazo rápido o por el arrodillado, agarre de hombros y sacudida al tiempo de ‘¿pero qué estás diciendo?’. Si no, simplemente se quedará de piedra o gritará un ‘¡María, mira lo que dice el niño!’ (sustitúyase María por el nombre que corresponda).

La segunda reacción, normalmente (y sí, normalmente, vivimos en un un lugar así de triste), es llevar al niño al psicólogo. Pero no para que se reafirme y ayudarle a mantener sus convicciones. Para que no se haga un lío y amueble bien su cabeza, y no se deje llevar por la sociedad o por el entorno, y que se blinde hacia las reacciones que seguro existirán. No, no. Lo llevamos para que se le quite de la cabeza esa tontería de que es gay.

Lo mejor de todo es el resultado. Porque la represión, en muchas ocasiones, termina en explosión. De tener un niño con la cabeza en su sitio, sano, nosotros mismos convertimos a nuestros niños en monstruos, en seres que piensan que, por encima de todo, tienen que defender su opción sexual. Así encontramos internet, y el Mundo Real™, plagado de gente que te cuenta con quién se acuesta cuando se presenta (el ya conocido ‘hola, soy Raúl, soy gay’ como si estuviera en Alcohólicos Anónimos y la vida, cada día, fuera su reunión de terapia) y sitios en internet donde, en la biografía, no pueden evitar anunciarlo.

Ahí vamos. Sevilla está a punto de vérselas con su cabalgata. Las reacciones, aunque pronunciadas en el calor y el silencio de cada casa, no se harán esperar. Y mientras no cambiemos el chip y esa sea la imagen que queremos dar, seguiremos castigando, a sabiendas, a muchos que en su casa no han tenido la suerte de que tengan la mente tan abierta. Pero cuando la transformación se ha obrado, cuando los que han pasado por el mismo suplicio, y cuando ya han experimentado su transformación, se olvidan de lo que un día fueron y sólo piensan en la noche, en salir y en aparentar.

Por un mundo cubierto de plumas. Lo estamos creando nosotros mismos.



9 respuestas a «Por un mundo cubierto de pluma»

  1. Pues cuando yo vivía en Madrid solía ir a la cabalgata con mi mujer y mis hijos. Tengo unos recuerdos buenísimos de gente pasándolo de puta madre. No importa que seas homosexual o hetero, si hay una oportunidad de pasarlo bien, ¿la vas a desaprovechar?.

    1. Ojalá todo el mundo pensara como vosotros. Pero eso, por desgracia, no es lo que ocurre. Y como no es lo que ocurre, debemos pensar en otra forma de reivindicar nuestra normalidad que no sea mostrarnos de esa forma. Para disfrazarse y salir en carrozas está el carnaval. Esto es otra cosa. Es la reivindicación de algo. Y creo que, hasta que consigamos la utopía de que todo el mundo piense como tú, debemos enfocarla de otra forma, o únicamente nos estaremos tirando piedras sobre nuestro propio tejado.

      Personalmente estoy orgulloso de muchas cosas. Pero cuando pienso que soy gay no se me salta una lagrimita, no siento orgullo. Quizá nos pasa a muchos. Y, cuando existen días como éste, es cuando hay que plantear que el día del Orgullo Heterosexual ¡no existe! Porque se considera normal.
      Lo único que conseguimos muchas veces, desgraciadamente, es tirar por la borda el trabajo de todo un año, y dar un paso hacia atrás por la imagen pública que se consigue dar.

      Entiendo perfectamente tu postura. De hecho, los días del orgullo en Sevilla hay conciertos y talleres a los que, si puedo, no faltaré. Pero no participaré en la comitiva de carrozas que recorrerá Sevilla. Hay muchas formas más de manifestarse, y esto, ni es el Rocio, ni está considerado como tal.

      Sé que es ir contracorriente, que muchos no estarán de acuerdo conmigo (empezando por el que duerme a mi lado) y que estoy dando sólo una postura parcial del asunto (la del lado que casi nunca se trata). Pero el blog de uno está para estas cosas, para un poquito de derecho al pataleo y decir lo que piensa. Porque para hablar en este país hay que meterse en política, y… menos mal que tenemos los blogs.

      1. Me parece totalmente respetable tu postura. Cada uno vive y reivindica su ser como quiere.

        Eso sí, a mí personalmente me gustan más las reivindicaciones de manera lúdica. Y no por eso por le pierdo el respeto a las personas que reivindican.

        1. Sí, lo lúdico está muy bien. pero cuando se confunde lúdico con sexual llegamos al sinsentido.

          Que la cabalgata está muy bien, pero es un festival sexual. Podemos seguir con todo esto tal como está, y el que quiera entender que entienda. Podemos seguir encontrándonos personas que piensan que TODOS los homosexuales (aunque no lo reconozcan) tienen un traje de drag y unas plataformas en su fondo de armario. Que TODOS los homosexuales (aunque no lo reconozcan) se enrollan/acuestan con el primero con el que tienen delante, sin importar sus circunstancias personales/sentimentales. Y que TODOS los homosexuales (aunque no lo reconozcan –qué pillines, ¿eh?–) van con la antena puesta siempre para ligar.

          Pero si lo que queremos es dar un pasito adelante, está en nuestra mano cambiar el modelo. Puede ser igual de lúdico, o incluso más, porque podría dar cabida a más gente que se siente un poco apartada porque su visión de reivindicación no pasa por la brillantina, enseñar el cuerpo y pintarse de colores.

          O podemos quedarnos igual, y el que quiera entender que entienda. Tú no le pierdes el respeto a las personas porque sabes cuál es el mensaje de fondo, e incluso lo compartes. Pero eso no pasa en todos sitios. Y, por desgracia para España, es la mayoría la que no piensa como tú.

  2. La primera frase es ¡justo! la base de mi pensamiento sobre el tema gay: “esta imagen estereotipada hace mucho daño a la normalización social de miles de gays que viven su sexualidad de forma cotidiana sin hacer de ella el núcleo de su existencia”.
    Precisamente en un artículo que hice use esa palabra: "normalización" ya que espero que la diversidad nos enriquezca a todos y para ello aislar personas creando grupos, no me parece lo más inteligente, como mucho para ciertos temas como el ponernos contra la homofobia y decirlo en voz alta el día 17 de mayo y cositas así, pero puntualmente.
    ¡Un saludete!

    NEodAni

  3. A mi sinceramente me parece absurdo hacer una cabalgata, por lo que sea. La de los Reyes Magos tiene su aquel hasta que algún compañero del cole con mala leche te quita la venda. El resto, no les termino de ver el sentido la verdad. Ni la gay, ni la hetero, ni la de la mujer, ni la del parado, ni la del fontanero de submarinos. No entiendo tanto esfuerzo por diferenciarnos, cuando somos todos un 99.9% iguales.

  4. Sabes que comparto tu opinión porque estuvimos hablándolo hace poco. Lo malo es que dices estas cosas y parece que lo que pretendes es que la gente se esconda y es al revés.

    1. La visibilidad es necesaria para la normalización, lo que pretendo es que sea de otra forma. Bueno, pretendo… Me gustaría.

  5. No te voy a contar nada que no sepas, creo que conoces perfectamente mi opinión al respecto.

    Jamás hice distinción alguna ante personas con tendencias sexuales "diferentes" a las habituales, ¿sabeis por qué? Por qué no me importa. No hay nada como mirar el fondo de algunas personas, supuestamente "renglones torcidos", para darse cuenta de que más quisieran muchos "normales" tener ese corazón y ser capaces de volcarse al extremo por un amigo/a.

    El otro día escuché algo que me espantó, una mujer joven (pongamos 35 años) dijo algo así como "a mi me sale un hijo marica y ¿qué hago? ¡que desastre"!. Evidentemente no contesté, puesto que la habría montado, y ante personas con esas miras, no merece la pena el esfuerzo. Señores por favor, que estamos en el s. XXI, ¿no es más interesante preocuparse por cosas que de verdad hacen daño a la sociedad? El mundo está loco y sólo nos preocupa el espectáculo y el aparentar, ésto es ridículo.

    Por favor, pongamos los pies en el suelo.

    Ahh, y que conste que no estoy en contra del dia del orgullo gay, deben estar orgullosos de serlo, tanto como los que somos hetero, teniendo en cuenta que no es una pedrada que le han dado a uno de chico lo que le hace tener esa inclinación. Ante lo que estoy en contra es a la imagen que da esa cabalgata/pasacalles o como se quiera llamar. Puesto que no es el reflejo de la realidad de la mayoría de los homosexuales.

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