Bi0[x]iD's WaY oF LiFe

Un blog a 60 pulsaciones por minuto


Gonzal(it)o y Master Chef

Hay pocos programas que vea a gusto en la tele. Los de viajes, crónicas carnívoras, alguno más de cocina, y unos cuantos más de los canales raros que vienen con la tele de Movistar. Y las motos, claro. Las pelis y series viene de otras fuentes.

De los canales en abierto sólo vemos dos cosas: Tu cara me suenaMaster Chef. Porque son programas que van a lo que van, sin importar la vida de los participantes. Y con este último estamos bastante sorprendidos.

Este año las puertas de Master Chef se han abierto a gente muy diversa. Hay un poco de todo. Pijas, nerds, chavalería, veganas, prepotentes, gays… Al fin y al cabo, esto es un programa de televisión, y es normal que lo hagan así para que todo el mundo pueda tener a alguien con quien más o menos identificarse y a quien apoyar.

Y con Gonzalo hemos topado. Ya venía apuntado maneras, y tuvo un primer momento muy desagradable en el programa número 6. Tan desagradable, que hasta Celia, la vegana, se disculpó públicamente.

masterchef-bronca
Foto: http://www.lavozlibre.com

Una escena que provocó la vergüenza ajena de algunos de los concursantes. Entre ellos, de Celia, que se disculpó «aunque yo no he tenido nada que ver», asegurando que se estaban desviando de lo importante y que «los trapos sucios no deben sacarse delante de toda España». Una opinión con la que los seguidores de ‘Masterchef’ están totalmente de acuerdo.

Y sí, efectivamente, la audiencia está totalmente de acuerdo. Queremos ver un concurso de cocina bien hecho, y normalmente evitamos Telecinco. Pero Gonzalo no ha parado, y desde ese día se ha ido creciendo y creciendo. Se ha autoconvencido de que está en un reality, en un Gran Hermano culinario, y busca enfrentamientos hasta con los jueces. El puntito kamikaze, que lo llama Jordi Cruz.

Según él mismo, es el gran estratega. Todo lo que pasa ya lo tenía pensado, sabía cómo iba a ocurrir, y estaba dentro de sus planes. Impresionante. Es el nuevo Aníbal. Es un cansino.

En el último programa, aparte del momento kamikaze, hubo una polémica más. Aquí, una conversación por twitter.

Y yo me pregunto, señor gran estratega, ¿qué ha hecho usted para que esa pregunta tenga esa coletilla? Porque algo tendrás que haber contado para que te puedan preguntar eso. Mucho no mezcléis a mi marido en esto, pero el pecado inicial es tuyo, campeón.

Como decía en el tweet, Gonzalo ha perdido la gran oportunidad de que en TVE1 se vea la homosexualidad como algo normal, y ha preferido esconderse y dar que hablar, como si fuera algo de lo que avergonzarse. El espectáculo que está dando está afianzando ideas negativas y connotaciones hacia un colectivo en el que me encuentro, y es más grave porque parte de la audiencia que tiene el programa sólo sabe de homosexualidad por lo que ve por la tele. Un flaco favor nos está haciendo este hombre con sus estrategias.

Hay quien dice que desde el primer día van a por él, que no paran de atacarle. Si vas a un sitio para aprender con los mejores, te crees mejor que ellos, y encima no paras de decirlo (mientras demuestras delante de toda España y el canal internacional que no es verdad), es normal que te ataquen. ¿Estrategia? Venirse de Dubai, con todo preparado, ¿para después vivir en la España de los platós? Lo que tenemos claro en casa, cuando vemos el programa, es que Gonzalo hace que todo gire en torno a él, en vez de en torno a las pruebas, los equipos, la comida, y la cocina.

Esta semana la expulsión no ha sido por unanimidad. En parte, dentro de la estrategia, creo que Gonzalo no se ha ido a la calle por una cuestión política. Y esta semana alguien se va a la calle por decisión propia. ¿Marina, cansada de ataques de Gonzalo? ¿Mateo, por culpa del dedo? ¿Gonzalo, porque ya está tuiteando desde su cuenta de twitter?

Ya criticamos a TVE en el primer programa por su utilización de las redes sociales, haciendo mofa de los errores y las correcciones. No creemos que sea la actitud.
Y sobre Gonzalo, no sé si después de salir Telecinco lo querrá para algo. El resto no lo queremos para nada.



Deja un comentario