Bi0[x]iD's WaY oF LiFe

Un blog a 60 pulsaciones por minuto


Palabras

No tengo una memoria hierética como Sheldon, pero durante toda mi vida de estudiante he gozado de una memoria fotográfica que me ha ayudado mucho.
Últimamente, ordenando la casa y tirando cosas antiguas, han aparecido muchos trastos que me han traído muchas otras cosas a la memoria. Cosas olvidadas, sin sentido, que de otra forma quizá no habría vuelto a recordar.

Es curioso cómo funciona la mente. Recuerdo el día en que aprendí la palabra «bocajarro». Estábamos haciendo una lectura en clase y nos habían dado una fotocopia a cada uno de un texto de un periódico. El trozo completo trataba de un «disparo a bocajarro». Nosotros teníamos que subrayar las palabras que no entendiéramos, y yo hice una gran raya debajo de «bocarrajo». Porque, además de no conocer la palabra, estaba mal escrita. Cuando me tocó leer la frase en alto, mi «disparo a bocarrajo», la profe me corrigió. «Es bocajarro». «Pues está mal escrito».
Desde entonces las dos palabras suenan a la vez en mi cabeza cada ve que las oigo o las veo escritas.

Y recordarlo me ha traído el recuerdo de cuando aprendí la palabra «dracena». Fue con un libro titulado Piripitusa. O aquel libro que leí dos veces y nunca terminé de entender, Jeruso quiere ser gente, de la serie azul de El barco de vapor. No estaba yo todavía preparado para la literatura nórdica. O mi primer libro de la serie roja, Herman, que tampoco recomendaría para edades infantiles y principios de juveniles.

Después ya vino el detective Flanagan, y empezó a aparecer el manga 🙂



2 respuestas a «Palabras»

  1. A mí me pasa con la expresión «ojos como platos».
    Siempre que la leo o la escucho, recuerdo la primera vez que tropecé con ella.
    Fue en el libro de lectura de 1° de EGB (Senda se titulaba), y leyéndolo por mi cuenta en casa, confundí la palabra «platos» con «platanos».
    Así que me imaginaba a la niña de la lectura con los ojos en forma de plátanos (tenía 6 años y mucha imaginación).
    Cuando un compañero leyó esa parte en el colegio, caí en la cuenta de mi error, y además comprendí que «abrir los ojos como platos» era mucho mejor expresión que «abrirlos como plátanos».
    Y desde entonces, cada vez que la oigo, recuerdo a la niña de la lectura con los ojos en forma de plátanos ;-).

    1. Ahora voy a tener también la imagen mental de los plátanos gracias a esta historia.

      Gracias 🙂

Responder a Rafa PovedaCancelar respuesta