Ayer me levanté y no desayuné. Ayer estaba cansado. Ayer me quedé en casa.
Ayer Martínez Soler contaba su secuestro.
Ayer Google se pasaba a AMD, y MAC sucumbía y se desmoronaba ante su periplo.
Ayer recordaba Camino. Y pensaba en el segundo acto.
Ayer las parejas rotas se reencontraban. Ayer volvían a ser felices.
Ayer los volví a encontrar a todos, menos a él. Ayer algo se clavó en mi corazón. Y tuve una nueva banda sonora.
Ayer RavaGe volvía a mi mente. Ayer tenía ganas de escribir de nuevo pero no tenía fuerzas para hacerlo.
Ayer iba a desconectar. A terminar el trabajo pendiente y a escapar.
Ayer mi padre me llamaba para tener la misma pelea de siempre.
Ayer volvía a sentirme un ser inútil. Ayer volvía a sentir que no haría que nadie, nunca, se sintiera orgulloso.
Ayer Sergio daba un paso más, Rubén uno menos, Jesús uno de lado, y Nacho uno hacia adelante. Ayer Juan se quedaba atrás mientras Pablo salía corriendo. Mientras, yo me quedaba sentado.
Ayer volvía a escuchar. Y volvían a decirme… Ayer alguien tocaba mi corazón y conseguía hacer brotar un sentimiento.
Ayer no me encontraba bien y sólo quería volver a casa. Ayer quería volver al pasado, para no tener que vivir el futuro. Ayer pensaba en no irme, y al final quedarme en casa. Ayer pensaba en la soledad.
Ayer volvía a pensar que este mundo no es para mí. Que no puedo hacer nada por él. Que soy el idealista de siempre. Y que se me han acabado las fuerzas para luchar por ellas.
Pero claro, eso era ayer.
Suenan recurrentemente: I Have only now y The Jihad, de Brian Tyler.
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