Los siete enanitos están de viaje por Europa, y han llegado a Roma. Ya que andan por ahí, piden audiencia para hablar con el Papa…
Por supuesto se la conceden, porque claro, son los famosos siete enanitos.
Estos ingresan a la sala de audiencia, encabezados por Gruñón.
El Papa los saluda:
«Queridos hermanos, ¿Queréis preguntarme algo?;¿Hay algo que os inquiete?»
Gruñón se adelanta:
– Disculpe santidad,queríamos saber si en Roma hay monjas enanas.
El Papa responde sorprendido:
– «Pueees…no, en Roma no hay monjas enanas»
Se oyen algunas risitas y murmullos entre los enanitos. Gruñón mira hacia atrás molesto, y todos callan. Vuelve a preguntar:
– «Y en Europa…¿No hay monjas enanas?»
El Papa responde nuevamente, con santa paciencia:
– «No, querido hijo, que yo sepa, en toda Europa no hay monjas enanas.
Ahora todos los enanitos se ríen, mientras que Gruñón se va poniendo colorado.
– «¡¡¿Y en el mundo?!!… en todo el mundo!!!…¿No hay monjas enanas?
– «No, no querido hijo, seguro que en todo el mundo, no hay monjas enanas.
Los enanitos se cagan de la risa… saltan…se abalanzan uno sobre otro…se toman de las manos, y todos cantan….
– ¡¡¡Gruñón se folló un pingüino!!! ¡¡¡Gruñón se folló un pingüino!!! ¡¡¡Gruñón se folló un pingüino!!!
Deja un comentario