(Suena el móvil).
– Oye, que tengo la tarjeta que me dejaste.
– Sí.
– Y no sé formatearla con la Ubuntu.
– Pues por ahí tienes que tener alguna utilidad en sistema, yo es que no uso Ubuntu.
– ¿Una que pone disc-no-se-cuantos?
– Prueba.
– Gracias.
(A los cinco segundos, suena el movil).
– Oye, que no encuentro la opción de FAT32. Sólo viene FAT16.
– Prueba con FAT16.
(A los 20 segundos, suena el movil de nuevo).
– Oye, que no va.
– Tráetelo.
Fdisk, fat32, todo bien. Sigue sin ir.
Y es que de un mes a esta tarde me estoy dando cuenta de la importancia de pagar un poquito más para que tus soportes sean TDK, Sony, Panasonic, y no encontrarte con una tarjeta de marca Potemio (verídico, venía en el teléfono chino) que no es capaz de leer/escribir en condiciones. Y pensar que estuve a punto de devolver el móvil porque no funcionaba el FTP directo…
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