Uno de mis auto-regalo de cumpleaños de este año, que compartiré gustoso con una de mis hermanas, es lo últio que había salido de Bastard!
Si bien la serie parecía acabar con el número 21 (en el que decían ¡sí, éste es el último número!), la historia continuó, y llegamos a ver el número 22.
Cuando pensamos que nunca veríamos más allá, nos enteramos de que existían más números. Y, diligentemente y como siempre, me acerqué a la fnac para encargarlos.
La fnac tiene una particularidad. Tarda un poco en servir los pedidos, pero es efectiva y siempre las trae. Y así, a las tres semanas de pedirlos, tuve en mi poder los números 23 y 24 de Bastard!
Para los que siguiérais esta serie (si es que hay alguno), es absolutamente innecesario que os busquéis los comics. Uno de ellos, para mi sorpresa (o no sorpresa, Planeta DeAgostini ya me tiene acostumbrado), se despegó al terminar de leerlo, con la encuadernación tan pobremente pegada como siempre (recuerdo todavía que el 18 tuve que devolverlo porque tenía 4 páginas en blanco, no impresas).
Siguiendo con el hilo de lo anterior, la historia continúa, y sólo busca un concilio (como aquel de los elfos, los humanos y todo eso del señor de los zarcillos) para dar fin a la historia. Deben quedar, presumiblemente por como queda la historia al final del tomo 24, dos tomos más. Si bien también podrían ajustarlo para terminar en uno. Hagiwara ya está viejo, ha pasado de los 29 a los 40 años mientras escribía Bastard!, y esa línea argumental que algunos amigos míos comentaban que era esa línea blanca que se metía antes de empezar a escribir, es ya muy difusa.
Bastard! 24 es sólo un intento de explotar un poco más la historia que le ha dado de comer durante tantos años y de buscar un final digno para una historia que ya no puede tenerlo después de haber leído este último tomo.
Si alguien había perdido ya la ilusión de que la serie siguera, mejor que se quede con esa idea y siga pensando en Dark Schneider como el semidios demoníaco que debe ser, y en Uriel como un idiota. Es posible que ganéis con el cambio.
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