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Guardando lo suyo

Esto es una pequeña muestra de lo que es una mudanza en nuestras vidas, donde todo parece que esté guionizado por escritores de manga.

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Es curioso el cómo la gente actúa de forma distinta cuando es a ellos a los que les duelen las cosas.

Pusimos el aire acondicionado en casa. Nos lo trajimos con el resto de las cosas en la mudanza. Lo montamos. Y ahora no desagua.
Llamamos a los del aire. Les hicimos revisar la instalación. Todo estaba bien. La instalación, impecable. El aire, funcionando. Pero un charco en la cocina y el techo mojado indicaban que algo no iba del todo bien.

Después de revisar los bajantes, nos encontramos con que no son capaces de tragar agua. Así que nos dio por avisar a la casera. Y oye, qué curioso. Va y nos dice que es cosa nuestra. Que los del aire tenían que haberlo revisado y purgado todo al instalar.

Después de hablar de nuevo con los del aire y pedirle presupuesto para el arreglo, se lo pasamos a la señora casera. Mi motivo era simple: el bajante no funciona. Si no hubiera puesto el aire acondicionado, tampoco funcionaría y también habría que arreglarlo. Y ha empezado a escupir agua después de tupirse por completo, casi una semana después de haber tenido el aire funcionando un rato todas las tardes.

¡200€ de presupuesto nos dieron! ¡Qué barbaridad! Había que escuchar a la casera: «¡Lo pagamos a medias, lo pagamos a medias!». Pues… va a ser que no.

Tras dos conversaciones telefónicas conseguimos que entrara en razón. Y al rato nos llamó de nuevo:

Oye, que mañana va el fontanero que te puso lo de la cocina. Le he dicho que os han dado un presupuesto de 120€ y que me parece carísimo. Que lo miren a ver si lo pueden hacer más barato.

Es curioso el cómo, cuando a uno le tocan la fibra, saca todos sus recursos. Todos lo hacemos, pero el animal inmobiliario es especial. Nos ha pasado con todos. Todos los gestores inmobiliarios mienten. Creo que es deformación profesional. Que lo tienen de base. Como un chip. Como Jim Carrey en Mentiroso Compulsivo.
Llevo conocidos 12, y todos me han mentido alguna vez. Algunos para intentar cobrarme más, otros para no arreglar cosas, y otros para intentar engañarme. Hay dos, que recuerdo de mis primeros alquileres en Sevilla, que fueron curiosas. No tenían necesidad, pero se inventaban cosas y mentían por defecto. Deber ser el virus inmobiliario.

El mundo inmobiliario es un infierno, de verdad. Y su gente también. Menos mal que estoy de alquiler, no quiero pensar qué pasará el día que quiera comprar algo (no me preocupa demasiado tampoco ahora mismo, tal como está la cosica va a pasar muuuuucho tiempo).



4 respuestas a «Guardando lo suyo»

  1. Mi opinión es que el problema es de tu percepción y el entorno donde te mueves. Asumes que la gente hace las cosas conscientemente, que tienen metas y motivaciones, que saben que está bien y que está mal. Y que actúan en consecuencia.

    Simplemente, no es así. Las personas actúan en base a algo más primario: protección. Ataque y defensa1. No son muy conscientes de ello (igual que tu y que yo no somos muy conscientes de todo lo que hacemos) y tienden a racionalizar las cosas que hacen, pero la triste realidad es otra. Si les confrontas con sus inconguencias, te dirán que el incongruente eres tú. Si les planteas que no tienen por qué tenerte miedo, porque no les estás atacando, entonces utilizarán cualquier excusa para creerse que tienes una serie de motivaciones ocultas y que por ello deben defenderse con más vehemencia todavía (Y si pueden te acusarán de ser brujo asambleariamente2).

    Descubrir mentiras tiene dos lados oscuros: el primero, que las mentiras que le gente se cree son verdades(3), por lo que es posible que no haya ningún indicador de que esa mentira se produce. Lo más negativo de esto es que te limita mucho el campo de actuación. Lo más positivo es que con este tipo de mentiras cognitivas, se vive en un entorno más controlado y predecible (este me quiere estafar, aquel me quiere robar, está bien cobrar el paro y trabajar en negro, aunque diga que no quiere en realidad es que le gusta la marcha). Reduce mucho el estress(4). Y nuestro cerebro sabe que menos estrés son más posibilidades de supervivencia.

    El segundo, que cuando aprendes a descubrirlas y exponerlas pierdes más que ganas. Porque no estamos preparados para la decepción que supone saber cuantas personas nos mienten a diario; personas que queremos, que amamos, a las que les deseamos bien y por las que nos desvivimos, nos mienten. ¿Por qué? y porque sabes algo que sólo puedes compartir con unas pocas personas.

    Me imagino a aquel incauto que eligió salir de la caverna5 mientras los demás asistían al primavera sound de las sombras chinescas. Por un lado, descubrió la verdad, por otro, queramos o no, necesitamos vivir como los demás y ser capaz de plantearse estas cuestiones no es nada más que el primer paso hacia sentirse muy sólo. Que no está mal, pero a mi me sigue gustando un abrazo de vez en cuando.

    1. Curiosamente, la amígdala, que es una especie aceituna rellena de anchoa que tenemos por encima del tálamo (dentro del cerebrillo), tiene más poder sobre nosotros del que pensamos. Es un órgano muy antiguo que ha permanecido casi invariable a través de la evolución, y es capaz de evaluar una situación como potencialmente peligrosa y emitir una respuesta incluso antes de que seamos conscientes de ella.

    2. Esta es la explicación de por qué la inquisición tuvo tanto éxito. No todos los días tienes la oportunidad de quemar a aquellos que te dan miedo.

    3. Constructivismo: Equivalente a que lo real es sólamente un subconjunto de lo posible. Hay una etapa del desarrollo humano que pasa por adquirir esta capacidad de entender las cosas: El pensamiento formal. A pesar de que el tipo que inventó este palabro era inteligente, era Francés, y como ya se sabe, todos los franceses cojean del mismo pié.

    4. Disonancia cognitiva: Tenemos una necesidad imperiosa de resolver aquellas disonancias que se nos presentan a lo largo de nuestra vida (que son muchas). Por tanto utilizamos sesgos que nos permiten resolverlos de forma sencilla. Así, si yo digo que soy una persona a la que le gusta leer y dar paseos por la playa cogido de tu mano, para descubrirte cuando estamos juntos que a donde realmente me gusta ir es al 100 montaditos mientras trolleo en forocoches (actividades ámbas muy interesantes que quizás hagan que dudas mucho de que nos cojamos de la mano), quizá eches mano de cualquiera de estos sesgos para descubrir que, en realidad, te parece mucho más al mono rhesus de lo que creías.

    5. De la caverna de Platón, no de la de supervivientes.

    1. Es verdad que uno termina dándose cuenta de muchas de las cosas que pasan a su alrededor y decide obviarlas en pos de un futuro (no mejor, futuro en general).

      Al final, la caverna era el sitio en el que uno, por fin, podía descansar. Nosotros hoy día, curiosamente, estamos todo el día trabajando para, a medida que vamos adquiriendo conocimientos sobre lo que nos rodea, aprender también a ser más sociales para contrarrestarlo y poder seguir siendo felices en sociedad.

      Mi vida sigue siendo un manga y lo seguirá siendo siempre. Supongo que porque asumo que todas estas cosas son normales, y me las tomo con humor 😛

      P.D.: Te he arreglado los superíndices 🙂

      1. Al final Jesucristo en la cruz tenía razón Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen (Lucas 23,34).

        El tampoco tenía ni idea, pero ¿Y lo bien que le quedó el titular?

        Las claves de todo esto no son muchas: No te preocupes mucho, practica el sexo, disfruta de la gente, quiérete a ti mismo.

        Las puedes encontrar todas en el capítulo 20 de la cuarta temporada de Battlestar Galactica.

        Si no te apetece buscarlo, hay algo también en esta charla tan interesante.

        1. Conozco el capítulo. El señor Edward James Olmos es un semidios.

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