(clic)
– ¿Diga?
– ¿Manuela?
– ¿Antonia? Antonia, ¿eres tú? ¿No estabas de viaje?
– Sí, Manuela, soy yo. Estoy, estoy de viaje.
– ¿Y cómo es que me llamas?
– Pues mira, es que me ha pasado una cosa muy curiosa. De repente iba al baño, y ¡adivina qué! Hay un teléfono aquí. Y me he dicho así pa mí padentro: pues mira qué buena idea, así una se entretiene mientras que está haciendo de vientre y no se aburre en el momento activia este del olbran. Así que me he dicho: pues voy a llamar a alguien. Y después me he quedado pensando en a quién llamar, y en seguida me he dicho: pos a la Manuela, que como habla mucho, mientras que ella está hablando pues yo aprieto, y así no se me corta.
– (clic)
– ¿Manuela? ¿Estás ahí, Manuela? ¿Manuela?
Y ahora que levante la mano aquel que, en la era de los móviles, nunca haya llamado desde el trono.
Deja un comentario