Una semana llevamos haciendo vida normal. Justo desde el viernes pasado. Y qué falta nos hacía…
Esta semana, por supuesto, ha sido de locos. Vuelta al trabajo, reorganización de todo, y agenda llena hasta los topes.
Todavía no sé cómo lo hacemos, pero nos turnamos. Cuando uno está regular, el otro está bien, y al revés. Que yo recuerde, en estos 8 años, sólo hemos coincidido 2 semanas los dos para el arrastre.
Además no sé qué suerte tengo con la agenda. Otra vez me ha cuadrado que justo hoy he empezado de nuevo las clases de máster, y cuando por las mañanas estaba hecho mierda, me han tocado las clases de tarde.
Cuando estaba a punto de cancelar un curso, me lo han movido un mes después. Lo mismo con una charla que iba a anular. Movida una semana, y ahora todo cuadra.
El universo parece que conspira para que no me quede sin trabajo, y yo se lo agradezco mucho 🙂
Estar de nuevo bien es también irremediablemente pensar en viajes. Ya tenemos preparados los tres próximos, y eso ha sido sólo hoy comiendo. Qué falta nos hacía todo esto…
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