Siempre he pensado que una película (o una serie) es buena, independientemente de que realmente lo sea, si después de verla te pasas un tiempo dándole vueltas a lo que has visto, y su verdadero sentido. Su implicación en el futuro. En cómo deben o pueden ser las cosas. En cómo todo puede cambiar. O en cómo se podría aplicar.
A mí esto me pasa con películas extrañas. Por poner un ejemplo, Ex Machina. Por un lado, es un peliculón hecho con 4 personas. Un brillante Oscar Isaac que se está convirtiendo en el nuevo Lee Pace, el señor Domhnall Gleeson, y una Alicia Vikander que no consiguió llegarme ni en Anna Karenina ni en El séptimo hijo, y que se ha ganado un puesto en mi lista de películas que vería sólo por sus protagonistas.
Ex Machina me dejó durante días pensando y escribiendo teorías en papel de cómo podríamos trabajar con la Inteligencia Artificial. Y muy poco después llego Tay. Tay es una inteligencia artificial, enfocada a hablar y aprender de adolescentes estadounidenses entre 18 y 24 años.
Tay fue desactivada ayer después de convertirse en una racista consumada.
– Tay, ¿dónde has aprendido todo esto?
– En internet.
Y lo que Tay aprendió, fueron cosas como ésta:
- Que hay que poner una valla para que los Mexicanos no entren en el país (que es más o menos lo que anda diciendo Donald Trump, el posible nuevo presidente de los Estados Unidos…)
- Que las feministas deben morir y quemarse en el infierno
- Que Hitler fue un buen tío
Si el experimento se hubiese hecho en España no creo que el resultado habría sido mucho mejor. Y esto no es cuestión de ideología. Es cuestión de educación básica. De algo que los padres han olvidado y se empeñan en delegar completamente a los colegios.
Y los ejemplos españoles los podemos ver en las respuestas a Principia Marsupia en twitter, sin ir más lejos.
¿Por qué pasa lo que vemos en la foto? Explicación gráfica. pic.twitter.com/BHVfACNAyb
— Barbijaputa (@Barbijaputa) March 24, 2016
https://twitter.com/Barbijaputa/status/713143093286060033
— Barbijaputa (@Barbijaputa) March 24, 2016
— Barbijaputa (@Barbijaputa) March 24, 2016
Los avances tecnológicos dan mucho miedo. Nosotros damos aún más.
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