Hace unos años le regalé a mi padre por su cumpleaños un disco. Un disco que está entre mis favoritos, y que pensé que le iba a gustar. Así que busqué una copia, lo envolví, y se lo llevé.
Ese disco no fue otro que el Poesía Básica de Extrechinato y Tú. Un disco que canta, a varias voces, al poemario de Manolo Chinato mientras él mismo recita sus poemas.
Pensé que sería un regalo interesante, y no me equivoqué. Aunque por más de lo que esperaba.
Si bien mi canción favorita del disco es, por muchas razones, Abrazado a la tristeza, la de mi padre fue una que le presenté después. El disco dio pie a conversaciones, una canción llevó a otra, y repasando colaboraciones poemarias llegamos a Como el viento de poniente de Marea.
Aquí fue mi padre el que me presentó música a mí. No podía imaginar que una canción tan arraigada desde tantos años a mi imaginario no era ni más ni menos que una versión (2002) de una obra original (1996) de uno de sus artistas favoritos: El Cabrero.
Hoy ordenando un poco me he vuelto a encontrar el disco, y he recordado aquella historia.
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