Pedimos al ayuntamiento y a Lipasam que los quitaran.
Pedimos a la inmobiliaria que los quitaran.
Pedimos al promotor del edificio que los quitaran.
Como con muchas otras cosas, no te hacen caso hasta que ocurre algo. Un cúmulo de circunstancias nos hizo poder responder casi de inmediato.
Aquí está la memoria gráfica. El sustito se nos queda. Y a dos o tres vecinos, se les queda haberse quedado sin coche.
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