Ayer fue un día especial. Ayer estuvimos despidiendo las vacaciones juntos. Ayer volvimos a vernos los tres. A darnos los regalos. A compartir momentos…
Ayer volvimos a reunirnos sólo nosotros dos. Ayer volví a sentir que compartíamos un vínculo. Que conseguíamos que dos mundos que parecen enfrentados se convirtieran en uno solo. Y hablábamos de sus diferencias.
Ayer, al volver a casa, me acordaba de gente que ya pasó. Recordaba una adolescencia. Diamantes en bruto por tallar, que se echaron a perder y hoy no son más que carbón, sin nada que aportar.
Hoy una ventana se abría. Un saludo. Una conversación. Un ‘sé que contigo puedo hablar’. Un sentimiento de orgullo mutuo, compartido. Un collar de diamantes que sigue creciendo. Un ‘cuento contigo’. Un ‘te quiero’. Y un adiós.
Una parte de sinceridad, dos de cariño y media de confianza. El cóctel perfecto para ser feliz.
Deja un comentario