Le respondía a Eduo en su artículo, y me ha parecido interesante reproducirlo.
Aclaro. Si votas en blanco, se contabiliza como voto en blanco en el total de los votos.
Si no votas, no entras en la cuenta global de cuánta gente ha votado, por lo que, al haber votado menos gente en total, los que ganan tienen un porcentaje mayor gracias a tu no-voto y los que pierden tienen un porcentaje menor gracias a tu no-voto.
Es decir, que se acusan más las diferencias porque hay menos gente en el cómputo total, y eso después se traduce en más o menos escaños, etc. Pura estadística.
Si no estás de acuerdo con ningún partido, vota en blanco. No ir a votar es no hacer uso de un derecho fundamental, que es el de comunicar a los políticos lo que piensas. Y es la única forma directa que tienes de hacerlo.
Teniendo también en cuenta todo lo que lucharon nuestros padres y abuelos para la restitución del derecho a voto, deberíamos ir orgullosos a las urnas, porque se nos pide opinión independientemente ‘ de su raza, sexo, creencias o condición social ‘.
Y por la estadística, claro. Si no vas a votar, amplías la diferencia entre vencedores y vencidos. Y después no vale quejarse.
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