Una ciudad en la que la forma más rápida de llegar a cualquier sitio es coger una bici, es una ciudad mal diseñada.
Fuf… con la de tiempo que lleva hirviéndome la sangre porque tenemos una ciudad saturada de coches y no podemos quejarnos porque el transporte público es de risa. Y, para rematar, caro.
Esta mañana hemos hecho una cuenta sencilla. Somos dos personas para ir a la oficina. Imaginemos que no tenemos bonobús, y que para llegar a nuestro destino tenemos que hacer transbordo. Tenemos en cuenta que en nuestra ciudad no se permite el transbordo con billete univiaje (porque para eso es univiaje) y no existe un billete multiviaje o billete con transbordo. Por tanto, debemos adquirir dos billetes cada uno, lo que asciende a => 4 x 1,20 € = 4,80 €.
Debemos tener en cuenta también que el autobús nos deja a una distancia de 1,1Km (según Google Maps) de nuestro destino. Por lo que, con esta situación, quizá lo más práctico es hacer uso del taxi, que a esas horas y sin tráfico tardaría relativamente poco tiempo y saldría barato, pero que en nuestro caso nos haría caer en uno o dos atascos que prolongarían nuestra estancia en el vehículo durante no menos de 15 minutos, lo que haría que el precio subiera y ya no fuera rentable (recordemos que los taxis tarifican por recorrido y por tiempo).
La tercera opción es hacer uso del carril bici (con bici propia, se entiende –las bicis de sevici no gozan de demasiada buena salud–) y llegar a casi cualquier destino antes de lo haga cualquier transporte público.
Por cierto, ya aprovechando, voy a hacer unas fotillos este fin de semana. Es de vergüenza que en las marquesinas de los autobuses tengamos mapas de Diciembre de 2006. Cualquiera que pase por nuestra ciudad e intente coger un autobús no va a tener ni idea de cómo llegar a ningún sitio. Ni siquiera va a encontrar las paradas principales y las cabeceras de las líneas.
Muchas veces Sevilla roza el patetismo.
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