Esto es la historia de un chaval de instituto que tiene un abuelo friki que le enseña a pelearse, pero que no se pelea con nadie porque su abuelo le ha dicho que pegarse con la gente no está bien.
Llega, como en toda historia de adolescentes, una chica que hace que demuestre lo que sabe. En este caso, se llama Chi Chi (–que me llame Chi Chi no significa que sea tonta–).
Después de las escenas pastelosas de rigor, resulta que hay un namekiano que quiere destruir la tierra y que, para evitarlo, hay que buscar las siete bolas de dragón y a un tal MutenRoshi.
En la película, bastante juvenil, podemos destacar el papel de Chow Yun-Fat como payaso real del reino y el mal hacer de los dobladores no manteniendo el nombre por el que todos lo conocemos, Mutenroi (ahora se llama Maestro Roshi). Y ya está. No hay más papeles destacables.
Hay una historia paralela, protagonizada por Bulma y Yamcha, que intentan acoplar en la película, pero que no queda del todo creíble. Aunque, eso sí, merece la pena que aparezca Bulma sólo por lo bien que han hecho las cápsulas.
Y hay otra historia, la de Piccolo, que parece mejor introducida en el romance Goku – Chi Chi, pero que no… Hace de malo maloso (demasiado, diría yo) y… es que ya le tenía aversión a Marsters por lo que hizo en Buffy, pero esto… Por cierto, muy mala nota en maquillaje, en localizaciones y fotografía, y en vestuario. Muy muy mejorable.
(Modo irónico) James Wong, al que tanta gente alaba (/modo irónico) (que no entiendo por qué, sus firmas son Destino Final 3 y la película de Expediente X) no ha hecho ninguna obra maestra, y aunque pudiéramos esperar más porque el productor es el mismísmo Akira Toriyama, ya nos recordaba Julitros que también dio su permiso Dragon Ball GT… y ahí está…
¡Ah! Y queda la transformación. Una cosa… No sé cómo se plantearán la continuación, porque de los Guerreros del Espacio ni flores, y la Serie Amarilla ha quedado endiosada después de esto.
Aunque no paro de pensar que quizá soy demasiado talibán. Que, como dice un amigo, la creatividad no tiene por qué ser fiel a nada, y el creador puede hacer lo que le venga en gana. Si Dan Brown dice que la Giralda tiene escaleras y te puedes caer para el centro porque no hay barandilla, es una licencia que se toma, porque su obra es de ficción, y sólo está inspirada en una ciudad, no está hablando de ella. Tomándolo así, ninguna película es criticable por estas cosas, porque son inspiraciones. Y tengo que cambiar mi opinión de Twilight, V de Vendetta, 300, Sin City, Misery…
En fin. Resumiendo, nos quedan tres películas más de una cuatrilogía que pasará sin pena ni gloria por nuestros programas de torrent para ilustrar alguna tarde aburrida en casa.
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