Crujió el cielo y las paredes
repitieron en eco su crujido.
Estabas allí al lado, con las manos mojadas,
sin saber qué pasó,
preguntándote, preguntándome.
Crujió el cielo y las paredes
repitieron en eco su crujido.
Estabas allí al lado, con las manos mojadas,
sin saber qué pasó,
preguntándote, preguntándome.
Publicado por:
Rafa Poveda
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