Como con casi todos los descubrimientos, hemos llegado a saber cómo abrir la puerta del garaje porque estábamos buscando cerrarla (eso que en algunos foros y con otros métodos se llama ingeniería inversa).
El problema inicial es que en nuestro garaje han robado ya cuatro veces a lo largo del año, llevándose la penúltima vez la bicicleta de un vecino y, la última, 4 bicicletas incluyendo una nuestra. Cosa que fue posible gracias a que la puerta se quedó abierta durante toda la noche, con acceso libre al garaje (y, desde él, al patio de vecinos, pero eso es otra historia).
En aquella ocasión se habló con la comunidad y con el Administrador de Fincas, resolviéndose que la culpa de los robos era nuestra por no esperar a que se cerrara la puerta al irnos. Cosa que, como contamos, es falsa, ya que se debe a un error del mecanismo.
Anoche la puerta volvía a estar abierta. Con un pequeño mosqueo, llamamos al Administrador, para informarle del asunto. Un fijo, con contestador (del despacho). La descarga del enfado en el contestador fue, quizá, un poco desproporcionada. Pero después de decirnos que somos responsables de los robos y que el seguro no lo cubre, que la puerta quede abierta es un gran problema. Pero el problema de verdad es que no hay ningún teléfono de urgencias. No ha teléfono al que llamar del Administrador, ni del Presidente de la Comunidad, ni de la empresa de las puertas. Todos teléfonos fijos de despachos en los que dejamos los consecuentes mensajes notificando el problema de la puerta para que quedara constancia de la hora, por si pasaba algo.
Pero anoche no me quedaba tranquilo. Logan estaba dentro, descansando en el garaje, y con menos de dos semanas de vida no la iba a dejar a su suerte allí con la puerta abierta. Así que me puse a bichear la puerta y me acordé de que he visto más puertas de garaje abiertas por Sevilla en los últimos tiempos. El único cambio que ha podido afectar a todas sólo podía ser uno: la lluvia. Así que, viendo que la célula fotoeléctrica estaba fija y sin funcionar como si la llave de apertura estuviera accionada, me fui a la llave de apertura del garaje y se me ocurrió soplarle. ¡Voilá! La puerta reacciona. Y, de paso, me escupe medio litro de agua en la cara. Por mucho que tenga un techito, la llave está hasta arriba de agua, que está cortocircuitando el mecanismo de apertura de la puerta.
Después de un rato de soplar, el contacto quedó lo suficientemente seco como para funcionar de nuevo y desbloquearse, y después de una o dos pruebas más, la puerta abría y cerraba sin problemas.
Un problemón. Resulta que mucha llave codificada, mucha historia, mucho mandito, y con una perita con agua o con una jeringa puedes enchufarle agua a la llave de la puerta y conseguir que se abra de par en par.
A mi entender, ese cortocircuito debería funcionar justo al revés: si se cortocircuita el asunto, la puerta debe quedar cerrada, no abierta. Problema para los usuarios, que todavía al tener llave pueden accionarla manualmente. Pero creo que el problema es mayor si está abierta durante toda la noche.
Deja un comentario