Algún día tenía que escribir esta entrada, y voy a aprovechar que estoy lejos para que mis compañeros no puedan matarme.
Ayer estuve tomando algo con Antonio, un antiguo amigo. Mucho hemos pasado juntos, y aprovechamos un buen rato para ponernos al día. Había ganas de charlar, de contarnos historias, y de ver qué había pasado con nuestras vidas.
La primera parte de la charla era privada, pero después habíamos quedado con dos amigos de Antonio que querían conocerme para ver si había posibilidad de tener relaciones comerciales futuras.
Una de las personas en cuestión que esperábamos llegó, y nuestra pequeña reunión se amplió:
– ¡Hombre! Mira, aquí te presento. Pedro (nombre ficticio), aquí te presento a Rafa.
– Hola, muy buenas. Soy Rafa.
– Yo soy Pedro. Soy el Community Manager de Empresa.
Mi ceja se levanta. Antonio lo ve. Demasiada información. Empezamos mal.
– ¿Y tú a qué te dedicas?
– Soy Ingeniero Informático.
– ¡Ah, informático! ¡Todo el día dale que te pego al ordenador, chiquichiquichiqui, chiquichiquichiqui! (haciendo gesto de teclear).
Mi ceja llega a la frente. Antonio empieza a refugiarse detrás de su cerveza. Le veo un atisbo de sonrisilla. Está viendo que éste va a ser capaz de sacarme la vena de otros tiempos, y está deseando.
– No, Ingeniero. Especializado en informática.
– Bueno, es lo mismo.
Suena un pfff con chorrito aspersor de cerveza incluido. Seguido de una carcajada y un perdón, perdón. Antonio está empezando a divertirse de verdad y yo estoy empezando a sentirme Wardog.
– Es lo mismo, ya. Por preguntar, ¿cuál es tu formación? (Nunca pregunto qué has estudiado porque no siempre tiene que ver con la formación).
– Soy Experto en Community Manager.
– ¡Wow, qué interesante! ¿Desde cuándo estás trabajando en Empresa?
– Desde hace un mes y medio. Mola, ¿eh?
– Pues la verdad es que no.
(Silencio)
– Creo que no te entiendo.
(Antonio) – Perdónalo, a veces tiene esas salidas.
(Yo) – No hace falta que me justifiques. A veces soy así de borde, perdona si te he ofendido. No era mi intención menospreciar tu trabajo o tu formación. Chiquichiquichiqui, chiquichiquichiqui.
Aquí es su ceja la que sube. Antonio hace otro pffff y decide que va a ir a por otra cerveza. Lo corto, y voy yo a por otra ronda. Si me dejan solo con este tío mañana he destruido toda la reputación de mi empresa a lo largo y ancho del país.
Cuando vuelvo, la conversación sigue.
– Oye, que no he intentado menospreciarte, ¿eh? Lo que pasa es que para que la gente como tú tengáis trabajo nosotros tenemos que hacer que las empresas sepan que necesitan estrategias de comunicación y todo eso, y a eso nos dedicamos.
– Ya, y también os dedicáis a ponerlas en práctica y lo que no sabéis hacer, lo subcontratáis. ¿Me equivoco?
– Así es como funciona el mundo.
– Así es como creéis que funciona un mundo al que acabáis de llegar, y lo estáis fastidiando pero bien.
– ¿A qué te refieres?
– Por ejemplo. ¿Qué credenciales le has aportado a Empresa para trabajar allí?
– He sido de los mejores en mi promoción.
– O sea, que sabes mucho del tema.
– Sí.
– Pero sólo de este tema.
– Sí.
– Y crees, por ejemplo, que sabes más de esto que Antonio o que yo.
– Por supuesto.
La cagó. La cara de Antonio pasa al pálido y deja de beber cerveza. Antes de que se vaya a meter, lo corto y empiezo yo.
– Pues bueno, Pedro. Te voy a contar una historia. Llevo en internet desde el año 96. He utilizado el IRC desde entonces. En ese mismo año empecé a trabajar activamente en proyectos de software libre en Sourceforge y, sobre todo, en comunidades de traducción, lo que me hace tener una experiencia en traducciones de 15 años. Mucho del software que utilizas a diario, como por ejemplo Firefox, tiene líneas que he traducido yo. He desarrollado en unos cuantos proyectos de software libre. En el 2001 hasta participé en un sistema P2P programado en Delphi. Filetopía se llamaba. Hasta he participado en una distribución de Linux. He formado parte de comunidades abiertas y foros durante todos estos años. Comunidades que ni te sonarán, porque supongo que tú de twitter-facebook-linkedin y a lo mejor tuenti no sales. No me he quedado sólo en lo virtual.
En el campo real, he presidido asociaciones y he montado eventos. He estado de cara al público para poder estudiar la relación servicio/servidumbre y la relación cliente/proveedor, participando en todos los roles. Soy scout, y tengo formación reglada de control de equipos grandes de diversas edades.
Aparte, he llevado a comer a la mujer de Biz Stone, me he tomado un café con él en su oficina, he sacado de copas a Jack Dorsey y he hablado de Ingeniería Genética en redes con Nick Kallen, que es el ingeniero jefe de Twitter. También he compartido charlas con Bret Taylor, y por supuesto con todo el equipo de WordPress, donde sigo formando parte de un buen puñado de comunidades, incluída la de traducción.
(Silencio. Incómodo.)
(Antonio) – Tranquilo, es que cuando le tocan las narices se pone brusco, pero no es nada.
– Uff. Menos mal, me habías asustado. Creí que todo eso era verdad.
– Es que es verdad.
– ¿Y por qué trabajas programando en tu empresa?
– Porque esto es España.
Y lo que pasó después lo dejaremos para otras historias y otros momentos. Esta parte me sirve ya para la conclusión, que viene abajo.
El por qué de todo esto
Una de las cosas que más me tocan la moral es desprecio hacia los demás. Que sea un picacódigos y trabaje como tal no significa que sea mi labor principal. De hecho, mecus se dedica a la comunicación corporativa, y lo que hacemos es ofrecer también el soporte técnico. Porque pensamos que quién mejor que quien conoce al cliente puede hacerlo atendiendo a todas sus necesidades de forma efectiva.
Otra de las cosas que me tocan la moral es que la formación se denomine experto en. De ésta he cambiado mi opinión en los últimos tiempos (a mejor). Está claro que necesitamos un poco de formación específica para quien va a encargarse de llevar a cabo una estrategia de comunicación. Y un experto, por definición, es alguien que se ha formado en muchos campos distintos y que además ha ejercido para tener diversas experiencias sobre el tema. No es que yo tenga una formación reglada demasiado extensa, eso está claro, pero sí es multidisciplinar. Y, sobre todo, tengo 15 años de experiencia en temas informáticos, desde los 8 llevo estudiando inglés (y no he parado de utilizarlo desde entonces), y desde los 10 soy scout. Me molesta que alguien que no me conozca, por el simple hecho de decirle que soy Ingeniero (aunque ellos entiendan informático), entienda que no sé nada más de ninguna otra cosa. La titulitis hace mucho daño. Y parece que en este mundo hay que destacar y tu nombre tiene que aparecer en los sitios para que se te tenga en cuenta, y tu trabajo no vale nada.
Una de las preguntas de la tarde, una vez distendida la situación, fue si había participado en la traducción de Twitter. La respuesta es NO. Y no participé porque, si participaba, me ponían un título en mi perfil que decía que era translator y una marca de nivel.
Para los no iniciados en este sistema: Las comunidades tienen normalmente un administrador (alguien tiene que serlo) y moderadores, que son los que evalúan el trabajo de la comunidad y velan porque funcione bien. En el momento en el que hay otras cuestiones, o reconocimientos explícitos y visibles, no estamos trabajando en comunidad, estamos trabajando en equipo. Y para el software libre, se trabaja en comunidad. Trabajar en equipo y buscar méritos y reconocimientos, es otra cosa. Y creo que todos tenemos claro que ni twitter ni facebook son empresas de software libre.
Como decía, creo que los Community Managers, en la sociedad de hoy, son necesarios. Creo que, siempre que sea posible, necesitan formación adicional. Necesitan, también, que esa formación sea multidisciplinar. Lo más multidisciplinar posible. Tanto, que incluso es posible que me veáis participando en formación de Community Managers dentro de poco. Todo lo que podamos compartir, nuestras experiencias, será bueno.
Y creo, por otro lado, que la gente es muy arriesgada. Una buena estrategia de comunicación requiere proyectos, planificación, buen hacer, constancia… Todo esto para que funcione. Y un desliz puede destruirlo todo en un segundo.
Te das cuenta de que en realidad a las empresas esto no le importa demasiado. Quieren algo BBB (bueno bonito barato) y no se dan cuenta de que deberían quererlo AAA, porque su marca, sobre todo en estos días, depende de eso.
Y mientras los nuevos egresados de los cursos de experto entran directamente a trabajar, los que llevamos tantos en la brecha nos encontramos con unas peticiones de currículum y experiencias absurdas para un sueldo de becario. Sí, esto también toca la moral, y será tema para otro artículo.
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