La historia de los jaboncillos apareció por el blog en octubre de 2005. Una historia que se quedó atrás después de «Ono y el caso de las IPs gordas» de Campanilla.
A la única conclusión que llego es que ninguna teleoperadora de este país tiene un servicio en condiciones. Todas dan problemas en algún momento. Y el gran problema muchas veces, como en el caso de los jaboncillos, es que no hay comunicación eficiente entre los departamentos.
Jaboncillos
Cuentan las crónicas que en el año 96, un viajero de un determinado país europeo llegó a su destino y se hospedó en un determinado hotel. Lo que ocurrió se conoce porque se descubrió el siguiente intercambio de notas:
DÍA 1
Estimada Camarera: Por favor, no me deje jaboncillos en el baño. He traído mi propio jabón normal. Esos tres jaboncillos del lavabo y los tres de la ducha me incordian. Estaré en el hotel ocho días. Gracias. El Cliente de la 314.
Estimado Sr. Cliente: He retirado los tres jaboncillos del lavabo. He dejado los de la ducha en un rincón de la bañera por si llegara a necesitarlos. También he dejado tres jaboncillos nuevos junto a su jaboneta normal, porque tengo esas instrucciones. La Camarera.
DÍA 4
Estimado Sr. Cliente: El Conserje me informa de su queja de anoche respecto a su Camarera. La he cambiado por otra. Ruego disculpe las molestias. Quedo a su servicio en la extensión 055 de 8:00 a 15:00 horas. La Gobernanta.
Estimada Gobernanta: Imposible hablar con usted, por eso llamé al Conserje. A la mañana salgo a las 7:30 horas. No regreso hasta después de las 18:00 horas. Pedí ayuda por los dichosos jaboncillos, que no hacen sino molestarme. La nueva Camarera debe creer que he llegado hoy, porque a los tres jaboncillos de cada día ha añadido tres más en la ducha. En cuatro días ya he acumulado 18. Por favor, haga algo. El Cliente de la 314.
DÍA 5
Estimado Sr. Cliente: He dado instrucciones a su nueva Camarera para que retire todos los jaboncillos de su habitación y no deje ninguno más. Si en algo más puedo servirle, llámeme a la extensión 055. Gracias. La Gobernanta.
Estimado Sr. Gerente: Me han dejado sin jabón. Por fin se han llevado todos los jaboncillos, pero también la jaboneta que traje conmigo. Anoche llegué tarde y tuve que pedir ayuda al servicio de habitaciones que me trajo tres jaboncillos. Le ruego que me devuelvan mi jabón. El Cliente de la 314.
DÍA 6
Estimado Sr. Cliente: He informado a la Gobernanta de su queja. No entiendo cómo ha podido quedarse sin jabón, cuando nuestra norma es ponerle tres jaboncillos nuevos cada día. Tomaré medidas inmediatas. Acepte mis disculpas. El Gerente.
Estimada Gobernanta: ¿Quién diablos ha dejado 48 jaboncillos en mi habitación?. !No quiero jaboncillos, quiero mi jabón!. !Devuélvanme mi jabón!. El Cliente de la 314.
DÍA 7
Estimado Sr. Cliente: Por instrucciones del Sr. Gerente repuse personalmente 21 jaboncillos retirados ayer más los tres de hoy. Seguramente la Camarera no se dio cuenta y repuso otros tantos. He buscado su jaboneta. Al no encontrarla he dejado otra que he comprado para usted. La Gobernanta.
Estimada Gobernanta: Una breve nota para ponerle al día de la situación de mi stock de jaboncillos. De momento, tengo los siguientes: en la repisa, sobre el lavabo, cinco montoncitos de cuatro, es decir 20; en la jabonera de la ducha, tres montones de cuatro, esto es 12; en el rincón de la bañera, otros cinco montoncitos de cuatro, que suman 20; sobre la mesa escritorio, tres montoncitos más de cuatro y dos sueltos, por tanto 14. Además tengo una jaboneta de baño que me irrita la piel si la uso. Por favor, indique a la Camarera que puede seguir amontonando jaboncillos en la mesilla. Sólo a cuatro alturas. Las de cinco se caen. Que les quite el polvo cada día. Me voy hoy mismo. El Cliente de la 314.
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