- Hola, soy el pescadero. Os traigo el pescado para el sushi.
- Ah, bien, ponlo ahí, gracias.
- De nada. El salmón y el pez mantequilla hay que guardarlos en cámaras separadas , y el salmón os recomendaría filetearlo en diagonal.
- Ah, bien. Gracias de nuevo.
-
¡Oye, antes de irte! ¿Nos lo metes en las cámaras? ¿Te importa? Por ir más rápido.
-
Hmmm… no me gusta tocar cosas que no son mías, pero todo sea por acelerar en proceso y que el cliente esté contento.
-
¡Oye, antes de irte! ¿Nos echas una mano con el arroz?
- …. Todo sea por el bien común. ¿Tenéis un hervidor de arroz?
- Sí, mira, toma.
- Pero tiene los botones en chino. Yo no sé chino.
- Bueno, probamos dándole a uno…
(tras cuatro pruebas insatisfactorias)
- Mirad, os he escrito la receta completa de cómo hacerlo. Cuando encontréis a quien sepa utilizar la arrocera, podréis hacerlo.
- Vale, gracias.
Al día siguiente…
- Oye, que mira, que hemos probado la arrocera de nuevo y no va. Que aquí te mandamos las instrucciones que hemos utilizado.
- ¿Y tenéis el manual de instrucciones?
- No, pero ya te apañas, ¿no?
- Pero… Oye, que yo sólo soy el pescadero.
- Ya, pero si no podemos hacer sushi con tu pescado, pues no lo queremos. Nos mandas las instrucciones cuando puedas, ¿eh?
- Pero… Oye… Que no tengo la arrocera para probar, y además, que no es mi trabajo.
- Que nos están metiendo prisa. El viernes tiene que estar todo funcionando. ¿OK? Esperamos noticias tuyas pronto.
Y esto, amigos, es trabajar con la administración. El maravilloso mundo del brown dispatching.
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