En nuestro país, España, ya ninguno de nosotros esperamos que los políticos solucionen nuestros problemas. Y no porque no sean capaces. O sí.
La realidad es que a la mitad los consideramos unos caraduras, pero caraduras de los que nos roban y habría que meter en la cárcel para siempre por abusar de un cargo público para enriquecerse, y a la otra mitad los consideramos unos tremendos incompetentes.
Y el problema es anterior. Es de base. Estamos en un país en el que hace unos años, si no estabas engañando a Hacienda, todo el mundo te miraba raro. Si a todo le cobrabas el IVA, y todo lo declarabas, es que eras un imbécil. Y los más idiotas eran los funcionarios, que estaban atrapados y no podían engañar en la declaración (a no ser que tuvieran otros bienes).
Hubo un tiempo en el que nos estuvieron diciendo que Hacienda somos todos en televisión y hasta por carta. Que todo lo teníamos que declarar. Que nos lo decía nuestro Gobierno. Y ah, amigo, Hacienda somos todos los plebeyos. Los señores políticos aforados pueden hacer lo que les salga de sus santas partes nobles.
Hoy parece que se les persigue un poco más, pero todos juegan a su manera. Que si esperamos a después de las elecciones para juzgarlos, que si vemos que no vamos a ganar y vamos a mantener esto otros seis mesecitos a ver si nos da tiempo a barrer un poco más para casa…
España sigue siendo un país donde se aplaude la incompetencia. Donde que un jefe cobre 6.000€ al mes (netos) por estar sentado en un sillón es un triunfo. Un triunfo. Ha pegado el pelotazo. Y esa cultura del pelotazo es la que, todavía, se sigue persiguiendo.
Muchos estamos muy hartos de tener un país donde hay muchos jefes pero muy pocos líderes. Mucha gente que ordena, manda, y pone la mano, y no se moja ni la suela de los zapatos. De esos que a las dos se van a casa, mientras su equipo sigue trabajando hasta las siete. De los que se van de vacaciones en medio de las crisis. De los que no son capaces de hacer bien su trabajo, y además hacen que la responsabilidad recaiga sobre los demás.
Sí. Estamos cansados de los incompetentes, de excusas, y de que tiren pelotas fuera. A todos los niveles y de los de todos los estamentos.
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