Hace casi 6 años, después de muchas circunstancias que marcaron una etapa, todo se volvió negro. Y después de un tiempo, volví a nacer. Y nació el Bi0[x]iD’s WaY oF LiFe.
Este blog me ha acompañado durante estos seis años, casi desde el principio, como un diario de mi nueva vida. Aunque olvidado a veces, ha sido un apoyo continuo y constante. Me ha ayudado a sentir, a rememorar, a recordar… a mantener una coherencia como la mejor terapia posible para recuperar una memoria perdida.
También me ha servido para reflexionar. Para agradecer. Para analizar. Para hacerme crecer como persona. Ha sido testigo de amores y desamores, y muchos amigos han pasado por él. Muchos han sido protagonistas, y muchas historias han quedado como recuerdos de tiempos felices que ya no volverán.
Aquí quedan los agradecimientos a montones de personas que, de una forma u otra, sólo por el hecho de existir, han marcado de alguna forma mi vida. La mayoría de ellos, además, han interactuado de forma activa y hemos podido disfrutar de relaciones muy ricas y fructíferas. Todo esto, cada uno de vosotros, me ha hecho ser lo que hoy, ahora, soy. Y no me voy a poner a enumeraros, porque sabéis quiénes sois y tampoco es cuestión de ponerse lacrimógenos a estas horas.
Sinceramente, después de esto, creo que quien diga que los blogs han muerto o que van a ser sustituidos por las redes sociales no ha entendido lo que es un blog.
La razón de haberme puesto a escribir hoy es porque llevo dos días con gastroenteritis. En plena organización del EBE y con trabajo por terminar, ando reptando por las esquinas de casa (ya no, por suerte) con el estómago arrastrando. Los nervios me han podido, y se me han reflejado en el estómago.
Llega un gran cambio. Estamos de mudanza. La ilusión me puede. Dejamos nuestro piso actual, un piso de pareja, y nos movemos a un piso de familia, más grande y con cuarto para los niños. De repente aparece un nuevo camino, una nueva vida, con mil senderos que recorrer. Y nos encontramos de cara con un futuro compartido.
Hace cinco años pensé que, después de todo lo que había pasado, lo que me quedaba era sobrevivir. Ahora, por las noches, ya no idealizo mi vida y sueño con las vidas de otros. Hoy sueño con el futuro de la mía. Y con todo el camino que nos queda por recorrer.
Gracias a todos los que habéis estado y estáis ahí y lo habéis hecho posible 🙂
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