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Multas y más multas

Este mes hemos pagado tres multas.

La primera, una de la que presentamos alegaciones y que ha tenido una respuesta absurda. Básicamente la resolución ha sido «tienes razón, pero es tu palabra contra la mía, y en ese caso gano yo». Y ha sido dolorosa por eso.

La segunda, por tener el control de crucero puesto en una cuesta abajo. Cuidado con eso, si el coche se acelera y hay un disco, a los 15 días hay que pasar por caja.

Y la tercera… ¡Ay la tercera!
Hospital. 9 de la noche. Urgencias. Llegamos. Entra el enfermo. Al bajar del coche, con las prisas y la tensión y todo eso, al dejar el estrés me da el bajón. Un celador lo coge, y lo aparca. En la zona de las ambulancias. Le pone un cartel diciendo que estamos en urgencias. Pero la multa nos la han puesto 2 minutos después de que ese hombre lo aparcara. Sin papel. Sin aviso. Sin nada.

Te alegras después, por supuesto, de no haber movido el coche a mitad de visita al parking. Habrían supuesto 12 euros más, además de la multa, que ya estaba puesta aunque sin papel. Ya haber pagado doble habría sido de traca.

Y es que el parking del hospital es siempre lo mismo: 12-14 euros en la visita mensual que nos duele como si nos atracaran por la calle. Porque se supone que podemos llamar a una ambulancia para el traslado, pero intentamos no tirar de recursos públicos si no es estrictamente imprescindible. En este caso, portarse bien se castiga con multa triple.

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Robo en el hospital

Ponerse malo, en Sevilla, es un negocio. Esto son los precios de los abonos para poder dejar el coche en un sitio con escasísimo aparcamiento. El precio «natural» va a 1.80€ la hora, con un máximo de casi 30€ diarios.

Todo un negocio.

Robo en el hospital - 1

Foto: espejo del ascensor del aparcamiento del hospital Virgen Macarena.

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Margarina de hospital

Después de lo que te cobran en esta cafetería, te dan cosas huecas.

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Ruidos

Es siempre curiosa la habilidad que uno desarrolla en los hospitales.
Es siempre lo mismo. Andas en la salsa de espera. Escuchas un fghztgfds que suena en algún lado. Miras al de al lado. «Ha llamado a Josefa Pérez».

Las primeras veces siempre es así. Sólo un fghftzds. Muchos distintos, que significan cosas distintas. Y al final te pasa lo mismo que con muchos idiomas. No sé ni escribir ni hablar en psicofonía, pero ya soy capaz de entenderlo.

Imagen de lwjuan.com
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Miedos

El otro día me preguntaron: un miedo. Yo respondí: Bosnia

Cuando están en una camilla del hospital de Cádiz, algunas personas escuchan por encima de sus cabezas: ‘A éste lo vamos a llevar a Bosnia’.

Cuando las salas de despertar están llenas, Bosnia (así es como la llaman) es el último recurso: la UCI más antigua del hospital, en la última habitación del sótano, con las paredes cubiertas de sábanas y el ambiente más cercano a Resident Evil que te puedas encontrar.

La palabra ‘Bosnia’ me hace rememorar esa noche, todavía no he conseguido borrarla >_<.

Espero mañana no estar allí.